Estudio y exposición simultaneos del pensamiento de Nishida Kitaro.

lunes, 19 de enero de 2009

La nada absoluta y el vacío físico:

En este trabajo queremos relacionar dos conceptos: la nada absoluta y el vacío físico. Vienen de tradicciones muy distintas: El concepto de nada absoluta es un concepto tardío en la filosofía de Nishida, aunque se puede intuir ya por todas partes en su primer libro Indagación del Bien. Y el segundo es un concepto de la ciencia contemporánea que aún se está empezando a entender todas sus implicaciones. Nuestro propósito es demostrar que son equivalentes a pesar de la distancia, lo que nos parece que dará un peso suficiente a la filosofía de Nishida como iniciador de una nueva metafísica de carácter discursivo que de cuenta por fin de todo cuanto existe.

Podría parecernos que estos conceptos son irreconciliables, pues parten de lugares muy distintos. Uno se refiere a la perspectiva ontológica de todo cuanto es. Y en otro, en el científico, partimos de una perspectiva óntica de lo que es ahí fuera. Pero esta nos parece una distinción dualista y por tanto, errónea.

El propósito de Nishida siempre fue fundamentar toda su filosofía en un principio absoluto y lo encuentra en la idea de la nada absoluta[i]. Se llama una nada absoluta porque señala que no llega a ser ni deja de ser, y en este sentido, se distingue del mundo del ser objetivo. Esta nada no puede ser abarcada por ningún fenómeno, individuo, acontecimiento o relación con el mundo. No está definida por nada en el mundo del ser que se le oponga. Nishida establece, por ejemplo, una negación de sujeto y objeto, o la negación del yo, pero esta negación es relativa algo dado que se define por oposición a la afirmación de estas cosas.

Estas negaciones, que establece Nishida, no llegan a ser una nada absoluta hasta que no son absueltas de esa oposición definitoria, hasta que no son vistas como un primer paso en la autodeterminación de la nada absoluta. En palabras de Nishida, “en la nada absoluta la negación verdadera es una negación de la negación”. Llamar a la realidad misma una nada absoluta significa que toda la realidad está sujeta a una dialéctica de ser y no-ser, esto es que cada cosa en el mundo está atada a una contrariedad absoluta.

El lector podría preguntarse qué relación tiene esto con la conciencia humana y esta es la significación que nosotros le damos: al ser capaces de ver el ser mismo como nada” permite el despertar de la conciencia humana y el absoluto de Nishida, se vuelve plenamente real. Es una totalidad que es absoluta en relación a toda determinación, y tiene por tanto las características de la no-temporalidad en el tiempo, es decir es un ahora eterno. Es un hecho que la conciencia no está fuera del mundo para observar todo esto desde un punto de vista trascendente. Como cualquier otro elemento del ser está autodeterminada y la vez determinada por lo universal.

Podemos distinguir en la conciencia dos momentos: el primero es un proceso en tanto que ocurre en el transcurso del tiempo. La propia evolución que dice Nishida como formación de la conciencia histórica. El segundo no es un proceso, ya que un proceso es sabido que implica tiempo y en la nada absoluta de Nishida nos encontramos con un ahora eterno, la conciencia se ancla en su propio fundamento que es la nada absoluta de dónde gana su autoidentidad.

Vemos que al igual que con todas las cosas, así con la conciencia absoluta es la nada asoluta la que ha de proporcionar un lugar para su propia identidad. Nishida nos dice que el logro del autodespertar verdadero no termina en la simple conciencia de la realidad como una actividad de la nada, sino que esta autoactualización está expresada paradigmáticamente en la unidad del yo despierto mismo. Es en esta nada absoluta dónde descansan todas las manifestaciones, todas las verdaderas filosofías, cosmologías y cosmogonías. El budismo sostiene que la esencia de aquello que es inescrutable no es objeto de especulación para un verdadero filósofo. Aunque nosotros pensamos que el hecho de tener en la mente la idea de un absoluto como la nada de Nishida nos ayuda en el propio autodespertar como negación de nuestro yo relativo.

Por otro parte el concepto contemporáneo de vacío físico[ii] es de suma importancia hoy en día en el pensamiento científico. Se piensa, en sentido cosmológico, que en el principio antes de los fenómenos que vemos en el universo para un t=0, sólo existía vacío. Este vacío no es ausencia de nada, sino una energía primordial que origina el universo físico. La visión científica lo observa como un completo lleno de potencialidad, la principal fuente de energía, a partir del cual se generan las partículas materiales y la potencialidad de crear partículas con ilimitadas propiedades, con y sin masa, de tal manera que incluso se podrían generar muchos universos. Esta energía del vacío es la forma más potente que crea y destruye partículas materiales.

Desde el punto de vista de la física cuántica, nos encontramos por ejemplo, con que la materia que vemos a nuestro alrededor no es “sólida”, es decir, no está determinada. Nuestro Universo está hecho de vibraciones; por lo que el espacio, el tiempo y nosotros, nunca reposamos, nunca dejamos de sintentizar, y también los objetos permanecen en constante síntesis. En aceleradores de partículas hemos demostrado hoy en día que las partículas pueden venir a la existencia espontáneamente del vacío y desvanecerse de nuevo en el vacío.

El vacío físico contiene todas las formas del mundo de las partículas, es un pleno energético. Estas formas, a su vez, son transitorias del vacío fundamental. Esta transformación conceptual ocurrió a partir de la idea de Einstein de relacionar los campos gravitacionales con la geometría del espacio, y se acentúo aún más cuando la teoría cuántica y la teoría de la relatividad fueron combinadas para descubrir los campos de fuerza de las partículas subatómicas. En estas teorías del campo, la distinción mecanicista entre las partículas y el espacio pierden su fuerza original y el vacío pasa a ser la entidad dinámica de mayor importancia. En palabras de Einstein “la teoría no es atómica en sus fundamentos, pues en definitiva opera con funciones de onda continuas del espacio”.

Este es el resultado definitivo del principio de Heisenberg. Hablamos de un campo cuántico que puede tomar la forma de cuantos o partículas, capaz de describir todas las partículas subatómicas y sus interacciones, correspondiendo cada tipo de partícula a un campo diferente. El campo cuántico es considerado como un medio continuo que está presente en todas las partes del espacio. Ejemplo “Una partícula como el electrón, es simplemente una pequeña zona de un campo eléctrico, dentro del cual la fuerza del campo asume valores enormemente altos. Tal nudo de energía se propaga a través del espacio como una onda de agua sobre la superficie de un lago; no existe una substancia de la que pueda decirse que el electrón está compuesto en todo momento.

Este campo vacío es verdaderamente un vacío vivo que pulsa constantemente con ritmos de creación y destrucción. Es un vacío que en esencia posee un potencial creativo infinito.

En la tradicción budista, en la que Nishida estaba iniciado, llaman al vacío Sunyata, y para ellos es la única realidad. En el sutra del corazón nos encontramos con la siguiente afirmación “Shiki fu i ku, ku fu i shiki” (los fenómenos se vuelven vacío, el vacío se vuelve fenómeno). Y con un poco más de detalle vemos, que la naturaleza de los cinco agregados de conciencia, sensación, percepción, pensamiento, actividad, conciencia tienen su fundamento en esa nada absoluta de la que nos habla Nishida. Un diagrama muy sencillo para entender esta idea metafísica sería el siguiente:


Volvemos a la idea de la autoformación histórica. Las cosas emanan del vacío, de la entidad absolutamente contradictoria, las cosas son con su opuesto y devienen de la propia autrocreación del vacío.

En relación a la conciencia Roger Penrose [iii] sostiene que el origen de la conciencia se da a un nivel fundamental en nuestro cerebro, tan fundamental que sería partícipe de los fenómenos cuánticos, que a nuestro entender no son distintos del vacío. Pues todo cuanto existe tiene origen en este vacío que es trascendente e inmanente a la vez. Entramos en el terreno de la especulación científica y ese no es nuestro propósito, pues consideramos que la ciencia contemporánea ha llegado a un límite infranqueable, donde necesariamente debe abrirse a esta idea metafísica(la nada absoluta) con el objetivo de seguir avanzando. Una vez superado el dualismo, nos encontramos en el mismo lugar, en el vacío, dónde residen todas las cosas que devienen por oposición.

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La nada absoulta y el vacío físico:i Heisig, J. W, Filósofos de la Nada: Un ensayo sobre la escuela de Kioto, Editorial Herder, Barcelona
ii Cristian Contreras Radovic , La teoría del Big Bang y la doctrina de Nagarjuna: El vacío o Sunyata como síntesis ontológica de todo cuanto existe, Tesis Doctoral de filosofía de las ciencias, Universidad autónoma de Barcelona,. Febrero 2004
iii Penrose Roger, Las sombras de la mente: Hacia una comprensión científica de la conciencia, Crítica, 1994
La nada absoulta y el vacío físico:La nada absoulta y el vacío físico:

2 comentarios:

Unknown dijo...

grandioso haber encontrado este texto, GRACIAS.

lorilee dijo...

Concepto muy interesante.